VER SIN EL PRISMA DE LAS CREENCIAS

Cuando contemplamos a alguien o a algo lo solemos hacer a través de las creencias,  muchas de las cuales nuestra parte consciente ni siquiera reconoce. Estas “habitaciones” de nuestra mente actúan en conjunto como un prisma que recibe la luz y la descompone en colores. De esta forma, cuando alguien se dirige a nosotros su mensaje se trocea y se distribuye por toda nuestra casa mental, a una velocidad tan increíble que el fenómeno nos pasa desapercibido.
            El “arco iris”  es una creación de la persona y de la cultura en la que ésta se encuentre sumergida. Así, los colores con los que los demás nos perciben pueden ser muy variopintos. También cuando nos miramos a nosotros mismo empleamos este prisma, y dependiendo de la tonalidad del espectro en la que nos fijemos así nos juzgaremos. En ambos casos nos hemos separado de la luz blanca, nuestra esencia.
            ¿Qué pasaría si apartásemos por un momento este prisma y dejásemos libre a nuestra mirada…? Tal vez la luz pura, desnuda, nos deslumbrase, mirar a una persona sería como dirigir nuestro ojos directamente al Sol…
            ¿Podríamos usar unas gafas que disminuyesen su intensidad sin perder su pureza? De esta manera,  sería posible recibir a la otra persona fuera de nuestras ideas preconcebidas, en el jardín de nuestra casa mental, a cielo abierto, disfrutando de la naturaleza que todos los seres vivos compartimos. ¿Qué te parece la propuesta, amigo lector…?
            En el “jardín” la comunicación se impregna de la magia del entorno y se aleja del cerrajón de las habitaciones interiores. Las palabras fluyen sin juicios, los silencios quedan embellecidos por el ambiente. El aire es más puro… y siempre podemos descansar nuestra mirada hundiéndola en el cielo. El habla se torna riqueza, el corazón disfruta…
            ¿Qué te parece si fuésemos arreglando nuestros jardines… si comenzásemos a soñar en estos encuentros mágicos….? ¡Tenemos tanto que vivir a cielo abierto!
            Pero… ¿cómo aprender a retirar primero el prisma de nuestra mirada? Hay múltiples caminos… Permíteme que te ofrezca un aperitivo con una entrevista que Ima Sanchís hace en “La Contra “ de “La Vanguardia” a alguien que desde niño intentó mirar con los ojos desnudos:
            Para terminar tengo una sorpresa: La experiencia de un maestro que enfocó sus clases desde lo esencial de las palabras, es decir, desde la poesía, que las pasa por el corazón, y desde el silencio, que las limpia de toda creencia. Os dejo que él mismo os explique lo vivido en una de sus clases:

Ese día llegué al aula y los chicos/as me preguntaron, ¿Profe, hoy que nos va enseñar? Les dije "Como el salón da justo enfrente a donde el sol cae, haremos una clase de contemplación." Me dijeron al unísono: "¡Contemplación! ¿Qué es eso, Profe?. Les dije "Giremos todos los bancos hacia el gran ventanal", mientras tanto, el sol ya estaba cayendo de una forma maravillosa. "Ahora nos quedaremos sentados en un profundo silencio (hicimos varias respiraciones profundas), no hagan nada, sólo miren, dejen de pensar, contemplen los colores, escuchen el canto de los pájaros." Una vez que todos se acomodaron, les puse una música suave de Pink Floyd y estuvimos toda la clase observando la puesta del sol. Pasaron más de 40 minutos cuando regresamos de ese viaje tan pleno. Los estudiantes estaban en otro estado, nadie hablaba, todo era un bálsamo de paz, sentíamos la presencia de algo poderoso que había descendido sobre todos nosotros, hubo una transformación total en el aula. Nadie hablaba. Les dije: "Esto es la contemplación. Ahora escriban todas sus sensaciones y dibujen lo que tengan ganas." Nunca me olvidaré de esos rostros transfigurados por la paz.”

            El sistema educativo no entendió la gran labor de Juan Pomponio y éste dejó las aulas, pero no la poesía. Sus experiencias son hoy una riqueza para el gran cambio en la educación. Juan no perdió el tiempo, plantó unas semillas que hoy quiero honrar y divulgar. Si queréis conocer su obra os invito a visitar una de sus páginas:
http://artepasionylocura.com/

          Como postre a esta entrada os dejo el siguiente vídeo, lleno de humor, pero tambirén  muy revelador sobre nuestra habitual forma de mirar ¡Feliz sonrisa!


 
 


24 comentarios:

Joselu dijo...

Amigo, no digo que lo que tú pretendes no tenga dimensión o interés, pero esa experiencia de contemplación en la clase de Pomponio hubiera sido posible hace veinte años probablemente. ¿Sabes la tensión, la agresividad, la violencia, la falta de atención y las ganas de hundirlo todo que existe en buena parte de las clases de institutos públicos, y en concreto en el mío? Sería un desastre. Y además no me preguntan cuando entro en clase ¿que nos vas a enseñar hoy, profesor? Cuando entro ni prestan atención, tardan en sentarse y se pasan diez minutos gritando, corriendo, agrediéndose verbal o físicamente, y cuesta dios y ayuda que abran el libro o saquen una hoja de papel. ¿A mirar el resplandor del sol? ¿A contemplarnos a nosotros mismos? El ataque de risa que les daría duraría toda la clase. Un día les dije que les hablaba de corazón a corazón y el chillido burlesco a coro de prácticamente todos los presentes me dio a entender que me habían considerado un sensiblero afeminado. No sé en verdad si calibras la realidad de hoy en las aulas. Te dejas llevar por tus buenas intenciones. Pero aquí haría falta Krishnamurti en persona y no sé si conseguiría nada. A propósito tu reflexión está inspirada en él. Hubo un tiempo en que lo recomendaba a mis alumnos. En fin.

Anónimo dijo...

Gracias Carlos por publicarme en tu sitio. Gracias de verdad. Un gran abrazo de luz.

Juan Pomponio

Anónimo dijo...

Estimado Joselu, es verdad lo que tú dices. El estado que describes es el estado de nuestras aulas, en Argentina y en resto del mundo (salvo excepciones) pero puedo asegurarte que, cuando uno INSPIRA a los estudiantes desde una comprensión propia, les muestras las bondades del SILENCIO, cuando el MAESTRO es inspirador desde su propia experiencia; sólo basta ingresar al aula para que todos comprendan el VALOR del respeto muto. Uno de los problemas claves de la educación es que NUNCA esneñamos a realizar silencio, lo forzamos, lo obligamos, amenazamos. Te pregunto ¿En tu escuela te enseñaron el silencio? ¿Tuviste maestros del silencio? ¿Te enseñaron a contemplar? Lo que vemos es el resultado de todo lo que nosotros hicimos con la educación. Cuando cala en el alma de un grupo, nadie se reirá de nada, al contrario, serán los estudiantes mismos quienes pedirían la práctica del silencio porque como bien dices, están convulsionados, alterados, llenos de incomprensión. Ellos son nuestro reflejo. Claro que Krishnamurti fue y es un gran Maestro, también incomprendido porque de comprender sus enseñanzas, ahora no estaríamos hablando de esto.
Joselu, se logra. Esos niños/as que tú dices, están ávidos de estas cuestiones, sólo que aun no lo saben porque la educación convencional no se ocupan de educarlos para la vida. Sólo les dan matemáticas, historia, letras, exámenes, aprobar y desaprobar una nota. Y eso, es una mínima parte de lo que, en verdad, necesitan.

Va mi abrazo de luz

Juan Pomponio

Joselu dijo...

En mi escuela me impusieron el silencio, no tuve maestros del silencio... pero aprendí a contemplar en la práctica del zen durante varios años. Pero nada de eso sirve porque un profesor de matemáticas ha de enseñar matemáticas, uno de lengua ha de hablar de sintagmas nominales y dejarse de otras zarandajas. Es lo que miden las evaluaciones a las que nos vemos sometidos y que ponen en cuestión nuestro trabajo. A nadie le importa un pimiento si nuestros alumnos tienen conciencia del ser y desde luego a ellos no les importa lo más mínimo. Soy profesor de lengua y no es mi función prepararlos para la vida. No pienso eso realmente, pero uno tiene un libro de texto que ha costado mucho a familias pobres y ha de explicarles gramática y sintaxis si quiere justificar su labor. Y además no soy Krishnamurti.

Anónimo dijo...

Joselu, comprendo perfectamente tus palabras y es verdad. No fuimos enseñadaos. A mi tampoco me enseñaron y no me prepararon para la vida. Nunca un profesor se me acercó para preguntarme sobre mi estado emocional.
¿Cómo aplicar la clase de silencio en Matemáticas, por ejemplo? Es bien simple, minutos antes de comenzar la clase normal de matemáticas, hablas con los alumnos y le dedicas un tiempo para ellos y realizás una practica de silencio de unos 5 min para luego ingresar al mundo matemático pero desde otro estado. Si todos los profesores, hicieran 5 min. de silencio en sus clases, sea de la materia que sea: verán la transformación. Hay que experimentarlo.
Nadie pida que seas Krishnamurti, tampoco tenemos que compararnos. cada uno de nosotros se encuentra en el nivel de conciencia que le toca. Tú eres diferente, lo mismo pasa conmigo.
Practicar el SILENCIO no requiere de ninguna inversión económica, es lo más barato del mundo. Sólo tenemos que acceder y dejar que nos transforme. Anímate a probarlo en una de tus clases. Cinco minutos antes de comenzar, lo planteas y verás lo que sucede.

Abrazos de amistad

Juan Pomponio

Anónimo dijo...

Yo recuerdo un profesor en el Instituto, cuando hacia 4º ESO que realmente nos dio esos 5 minutos. Cuando entró todos estabamos riendo, saltando y gritando, era su primer dia de clase, era un profesor sustituto de Matematicas, estaria con nosotros como un trimestre o dos. Cuando la energia empezó a disminuir, el estaba allí delante mirandonos. Fue una experiencia de grupo. Yo veía como una chica se partía a carcajadas, de él. Él no hablaba. Sólo nos miraba con bastante dificultad y recuerdo su mirada medio entristecida y enfadada. Cuandos todos estuvimos callados y en silencio, creo que todos nos dimos cuenta que tenia la mitad de la cara deformada, por razones congénitas seguramente. En ese momento, yo sentí respeto por esa persona, y el grupo así lo demostró. Empezó a dar clases de Mates o física, no me acuerdo bien. Resultó ser un profesor realmente COMPROMETIDO con su tarea academica y su práctica social en la escuela. Es el único que recuerdo, que espontanea y naturalmente con su presencia, nos respetó, a pesar de la humillación espontanea hacia él. Ese respeto natural por el otro es a los que muchos profesores les falta hacia los alumnos, al igual que muchos otros profesionales o politicos o personas cualquiera. El respeto ya no es una norma a introyectar, es algo que uno tiene que demostrar diariamente y es sentido. En mi experiencia como educador he tenido muchas oportunidades para constatar que solo con la presencia sostenida de mi, las cosas cambian. No se trata tanto de buscar cosas nuevas, sino de dejar de hacer las mismas estupideces: roles caducos, autoritarismos sin autoridad, clases sin sentido ni significación, depresiones profesionales, estrategias que no son sentidas, etc.

La solución es sentir el aula o el lugar que sea, es entrar y esperar. Mirarse y mirar. Seguramente mirar cosas que no nos van a gustar, revisarnos seguramente y también quejarnos. Y en muchos de los casos, si uno llega a entender esto pero no puede, irse. Pero si puede y lo ama, intentar hacer algo mejor.

Yo personalmente he salido rebotado de tres experiencias en tres lugares distintos, con niños, con inmigración, con personas excluidas de itinerarios duros, pero en las tres yo he estado del lado del educando. Nunca he podido alinearme con la institución, unas instituciones que agredían y yo no soy ningún titere por cuatro duros de mierda. Yo no grito a un niño, ni le obligo a comerse la merienda, yo no clasifico a un niño de esquizofrenico, yo no trato a un inmigrante de esclavo, yo no utilizo la autoridad como educador de forma arbitraria, yo soy educador, no un psiquiatra.

Yo lo que siempre hecho es mirar, estar, comprender y actuar en consecuencia. Si yo fuera profesor de un aula el director ya me hubiera despedido, porqué? porqué le hubiera dicho, que nisiquiera conseguimos enseñar matematicas o castellano. Probablemente esta actitud es mi destino, porque ya viene de mi familia. Todavia no he encontrado el norte en una sociedad con tanta falta de respeto por todas partes. Y son los adultos los que tienen que primero respetar. No pongamos la responsabilidad en los adolescentes, y menos en los niños.

Anónimo dijo...

Anónimo, que lástima no tener tu nombre. Muy buenas tus palabras y esa experiencia que nos cuentas. ¡Maravilloso! Felicitaciones por todo lo que relatas en tus palabras. No es necesario imponer nada cuando actúamos desde la inteligencia. Va un gran abrazo para ti.

Juan Pomponio

Anónimo dijo...

Hola Juan, me llamo Javier. Un abrazo para ti tambien. Cuando uno es uno mismo acaba ocurriendo lo irremediable. Pero pienso que ser uno mismo no siempre es lo bueno o lo malo, o lo mejor o lo peor, simplemente lo que es. Lo que si se es que ser uno mismo puede desencadenar conflictos, depresiones, malestares, y también cambios, amistades, amores, proyectos, miradas nuevas. Pienso que actualmente se dice querer ser uno mismo, pero parece como si ser uno mismo vaya a convertir a uno en un ser iluminado bondadoso. En mi experiencia ser yo mismo me convierte en un ser solitario, amargado, entristecido, carente, tal vez en este largo tramo vital. Hay que pasar por la dolorosa transformación. Tal vez luego uno puede vivir desde el sentir. Por ahora ser yo mismo significa sentir mi ego, antes lo veía. Ahora lo siento como el que yo mismo soy.

Santosham dijo...

respuesta para Joselu:

Funciona de verdad, funciona!!!
yo lo puse en practica con reclusos de 2do grado y 3er grado y con niños síndrome de Daum y el resultado fue el mismo de Juan Pomponio.
La única diferencia para mi importante fue: NO PEDIR QUE DIBUJEN NI ESCRIBAN NADA, ya que es justo con eso, con lo que se rompe la "magia"

un saludo
gracias Carlos y gracias Juan

Anónimo dijo...

Querido Javier

Es un trabajo inmenso el que tenemos que realizar si realmente queremos encontrar el camino de nuestras vidas. Es mucho más fácil seguir por la senda del conformismo, hacer lo que hacen todos, ir por donde va el sistema, eso lo realizan casi todos, es bien simple. Ahora cuando uno se aparta, comienza a experimentar otras realidades, cambian nuestras amistades, trabajo, relaciones, es algo lógico porque es imposible transformarse y permanecer como siempre. No te sientas amargado, ya pasará. Somos muchos los que vamos por la senda del conocimiento propio, muchos más de los que te puedas imaginar. Disfruta de la vida, no dejes de sentirla ni por un solo segundo.

Abrazos

Juan Pomponio

Anónimo dijo...

Santoshan ¡Claro que funciona! Es una realidad maravillosa.

Cuanto me alegra saber que lo lograste. El SILENCIO es una de las herramientas CLAVES para nuestra educación.

Abrazos

Juan

Anónimo dijo...

Gracias Juan.

Javier.

La Turca y sus viajes dijo...

Hola!!!

La enseñanza fue creada en la era industrial para que los humanos hiciéramos una disciplina, la de cumplir un horario, la de obedecer a un superior etc., etc., la era industrial paso y la educación fue cambiando muy poco, por todo lo que cambio a su alrededor……

Un abrazo de oso.
PD: Tendrías que inscribir tu blog en el concurso de 20.minutos, a la derecha de mi blog esta el link.

Alimontero dijo...

HOooooooola!! me ha gustado mucho lo que he leído...es más! me ha cautivado! ;-)
Sé perfectamente de qué hablas...lo he vivido y lo sigo disfrutando de momentos: el silencio...;-)

Estoy de acuerdo con COMUN..."el método" quedó atrás, la forma y lo que se enseña no interesa, no entusiasma....en cambio lo que aquí cuentas "des-arma", te lleva al viaje interno, a los territorios del alma...qué felicidad dios mío! imaginé el contexto y me emocioné....

Un abrazo grandote!

Ali

mia dijo...

Hola Juan.
gracias por visitar mi blog.
me a gustado mucho lo que leido,
tienes un blog muy interesante,me gusto mucho,pasare a leerte.Ya te sigo.

Un saludo mia.

mia dijo...

Hola carlos.
otra vez aqui perdona mejor de poner carlos he puesto juan jejeje,el comentario de arriba tambien es para ti carlo perdon por equibocarme en el nombre.
que tengas un buen dia.

SALUDOS MIA.

LOLI dijo...

Me ha encantado descubrirte no soy profesora pero como madre puedo aprender mucho de ti,así que te sigo pues los padres tenemos mucho que ver y sobretodo ayudar a que los chicos vayan predispuestos a clase,creo que es la base,los profesores están agotados de que toda la responsabilidad quede solo en sus manos y de no sentirse apoyados.

Anónimo dijo...

Cuál es el concurso de 20 min? Va un abrazo.

Juan Pomponio

Anónimo dijo...

Loli: "Una mañana con un curso de adolescentes, les propuse realizar una clase de oscuridad. Tapamos todas las ventas con telas negras, la puerta, todo resquicio de luz. Y, sentados en los bancos con la columna recta (algunos), otros recosados bien cómodos, con respiraciones profundas antes de comenzar el ejercicio. Una vez que tudos estuvieron preparados, apagamos la luz, y en la oscuridad -casi total- los llevé hacia la realidad de estar en el útero del Cosmos, puse música de delfines mezclada con violines y piano, y nos quedamos casi toda la hora en ese estado de profundidad. Al regresar de la experiencia. Vi luz en sus rostros. Todos fuimos conmocionados por el silencio y la oscuridad. Pude detectar severos problemas en algunos que se abrieron contando sus realidades familiares. Esa clase de oscuridad fue fantástica". Pero, claro, el sistema oficial nunca comprendió de qué se trataba. Es hasta el día de hoy que algunos -ya muchachos- me paran en la calle para recordar aquella mañana en la escuela. ¡Emocionante!

Besos de luz
Juan Pomponio

Anónimo dijo...

Saludos para ALIMONTERO. Sigamos en la senda de una educación revolucionaria desde la CONCIENCIA.

Juan Pomponio

LOLI dijo...

Y como se les guia por esa realidad?Creo que hay que saber y que primero tendria que aprender yo.

Si es que en el fondo piden a gritos que se les guie y se les enseñe,les tenemos muy solos y les hace fata mucha atención y cariño.

Muchas gracias.

Belkis dijo...

Ver sin el prisma de las creencias abiertos a lo natural, a lo esencial, sin condicionamientos, sin descomposición, sin influencias, sin modelos mentales, sería lo ideal. Apreciar el estado puro de las cosas y de las personas. Mirar la vida con los ojos desnudos. Gracias Carlos por estas gotitas de sabiduría que vas sembrando en nuestros corazones.
Siempre es un placer pasar por tu casa.
Besos

María Jesús dijo...

Parece que habéis derivado el tema, hacia el silencio en las aulas, para conducir a la reflexión y concentración. ¿No es así?
El conseguirlo ahora mismo, en las aulas de adolescentes, es tarea casi imposible.
La calle, la vida, nos conduce al bullicio, es decir, a lo contrario del silencio, con el fin de ocultar las voces interiores

Como anécdota, les contaré mi experiencia con niños de Educación Infantil.
En esas edades, aunque parezca más difícil, no lo es. Como tienden a imitar, siguiendo patrones adecuados, los niños, sin imposición de ningún tipo, llegan al silencio.
Por supuesto que no meditan, pero si se relajan.

Por último,el ver a los demás a través de nuestra propia subjetividad y con nuestros esquemas, tiene ventajas e inconvenientes.
De acuerdo, que nos proyectamos, pero ¿qué pasaría si conociéramos a los otros en su autenticidad, con luces y sombras? ¿Los aceptaríamos?

Saludos María Jesús

PATYP dijo...

Estupendo artículo, ¡arriba la esperanza! ¡los lindos sueños pueden hacerse realidad! Tenemos abierta la oportunidad que nos da la vida. A más años, más ilusión, descubro cada día algo nuevo y maravilloso. Hoy, sin ir más lejos, los niños del colegio, actuando en sus obras de teatro, me han aportado el milagro de la vida.
¡Mucho ánimo educadores!
Un abrazo.